Michael B. Charles: Vegetius in Context. Establishing the Date of the Epitoma Rei Militaris (= Historia. Einzelschriften; Heft 194), Stuttgart: Franz Steiner Verlag 2007, 205 S., ISBN 978-3-515-08989-0, EUR 46,00
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El presente estudio sobre Vegecio tiene su origen en una Tesis Doctoral defendida por el autor en la Universidad australiana de Queensland, una universidad no muy frecuentemente mencionada en círculos relacionados con los estudios de la Antigüedad Clásica, lo que constituye una buena noticia. A decir del propio Charles, los objetivos del libro son dos: establecer la fecha de redacción de la Epitoma rei militaris de Vegecio y proponer el recurso a esta obra latina como fuente documental válida para estudiar y reconstruir el periodo en que fue escrita.
La monografía consta de una serie de elementos preliminares - Contents (7-8), Ackowledgements (9), A note on Latin and Greek names (10), Abbreviations (11) - orlados por la introducción (13-21), en la que el autor expone brevemente objetivos y metodología, y contextualiza cronológicamente la obra entre los termini ante y post quem generalizadamente aceptados. El grueso de la obra se distribuye en cinco capítulos en los que se disponen temáticamente y de forma más o menos homogénea los argumentos ponderados. Los subtítulos que introducen cada capítulo describen el tipo temático de los argumentos tratados: Identity and provenance (23-50), In Theodosium I: miscellaneous references (51-85), Titulature and praise - the Augustus in the Late Empire (87-123), Military I: Vegetius and 'barbarization' (125-154), Military II: other military considerations (155-180). Se cierra el libro con una conclusiones muy lúcidas (181-184), la bibliografía (185-198) y un index nominum et rerum (199-205).
Como consideración general es preciso apuntar que el acercamiento del autor tanto a la obra de Vegecio como a la uexata quaestio de su cronología es decididamente de corte histórico, con todo lo bueno y lo malo que esto implica. Y si algo demuestra la duradera falta de acuerdo en la "cuestión vegeciana" es que la aproximación exigida debe conjugar una visión histórico-filológica de conjunto, porque de lo contrario se pierde la perspectiva de una gran parte de la obra que se estudia.
Se nota a lo largo del libro una insuficiente sensibilidad hacia la particular naturaleza del texto (técnico-científica y por tanto mediatizada por y para las convenciones de este tipo de producción literaria) o hacia cuestiones como su intrincada transmisión textual. Quizás por esta razón se suceden sin parar comparaciones entre pasajes de la Epitoma y pasajes de otras obras de cariz completamente distinto, como pueden ser los panegíricos de la época o incluso obra poéticas de carácter épico o laudatorio, y todo ello en clave de homogeneidad como si se tratara de elementos semejantes perfectamente intercambiables entre sí. Pero esto no es así; la relación de los panegíricos con la realidad es marcadamente subjetiva a sabiendas y esto es una característica que el lector acepta en su lectura del texto. En cambio, no sucede lo mismo con obras de corte técnico-científico, que sin someterse a una objetividad transparente sí plantean al menos una distinción metodológica entre contenidos objetivados (descripción de las res) y subjetivados (opiniones, manifestaciones ideológicas, etc.). Dicho más claro, un lector no percibía del mismo modo una falta a la realidad en un panegírico (o en un poema épico celebrativo) que en una obra de tipo técnico-científico. La reacción era absolutamente contraria en uno y otro caso. Hecha esta precisión general, que es válida no sólo para este caso concreto sino para todas las aproximaciones a toda la literatura técnico-científica, volvamos a la obra reseñada.
El autor acredita un solvente conocimiento de la tradición de estudios vegecianos y así se muestra capaz de hacer un repaso exhaustivo de todas las hipótesis cronológicas formuladas, incluso aquellas más aberrantes siempre procedentes de diletantes o escritores no especialistas. Este afán de exhaustividad se traduce en que en ocasiones Charles da voz a opiniones superfluas o poco fundamentadas e incluso puede ocurrir en alguna ocasión que brinde mayor atención a quien tiene menos conocimientos en determinada materia (estoy pensando en la parte dedicada a la transmisión textual donde las conclusiones de Önnerfors o de Reeve aparecen presentadas al mismo nivel que las de Barnes, Silhanek y otros).
No es posible discutir pormenores de cada uno de los argumentos tratados por el autor, que es realmente la parte más preciosa de la monografía. Ese es precisamente el cometido de la crítica vegeciana en estos momentos y a ello se dedican eruditos artículos que sopesan singularmente las diferentes posibilidades con ánimo de exactitud milimétrica. De hecho, como Charles reconoce con gran acierto, toda la crítica vegeciana se basa en la suma de pequeños indicios que nunca llegan a alcanzar el grado de argumentos y que sumados como teselas contribuyen a formar una imagen de mosaico, que es lo que da pie a cada una de las hipótesis sostenidas al respecto. En este sentido el acercamiento de Charles al problema refleja una perfecta comprensión de su naturaleza, a diferencia de otros estudiosos que esgrimen una convicción radical y yihadista de posesión de la verdad. En la cuestión vegeciana apenas hay verdades demostradas, y éstas son muchas menos de las que algunos estudiosos quieren hacer creer a quienes no están iniciados en el asunto.
Con alguna interesante excepción, la cuestión relativa a la cronología de Vegecio se escinde en dos grandes posturas: la hipótesis que sitúa la redacción de la obra bajo Teodosio I y la que la sitúa en tiempos de Valentiniano III. La obra de Charles se enmarca dentro de esta segunda hipótesis y la recreación de Vegecio y de su obra en el tejido argumentativo de la monografía se han amoldado a esta hipótesis sin necesidad de mayor justificación; "we have created a Vegetius fabricated according to the present arrangement of material and data" (181). Tal y como el propio autor reconoce en un gesto de honradez "the initial thesis that the text was not addressed to Theodosius I has in itself perhaps led to some distortion of the material contained within this volume" (181). Este diagnóstico refleja con gran fidelidad la esencia del libro porque acondiciona los hechos a su hipótesis y no su hipótesis a los hechos, lo que a menudo se traduce en formulaciones difícilmente aceptables.
Pero dejando de lado esta metodología, merece palabras de elogio la presentación de cada uno de los elementos de la obra de Vegecio que suscita indicios llamados a integrarse en alguna de las dos hipótesis mencionadas. Más allá de la consideración particular del autor, la recopilación de estos elementos y de las opiniones surgidas a su alrededor supone un valioso instrumento para todo estudioso de Vegecio. Esto y algunas conclusiones de gran lucidez como que la función de la monografía es suscitar un debate ulterior sobre este tema - de por sí controvertido - que la Epitoma es un producto del Imperio Occidental, que la obra de Vegecio ofrece mucho provecho como testimonio de una época y una mentalidad bien definida de un momento clave de la historia de la Roma, o que solamente mediante el peso acumulado de diferentes indicios la balanza de la probabilidad, que es la que dará la medida de la validez de cada hipótesis cronológica, se inclinará más o menos hacia un lado o hacia el otro, son la verdadera aportación de este estudio. No hay lugar para postulados apodícticos (obtusos) en la crítica vegeciana y por eso son trabajos como los de Charles, aun con sus limitaciones, los que de verdad permiten su progreso.
David Paniagua Aguilar