Stefano Del Lungo: La pratica agrimensoria nella tarda antichità e nell'alto medioevo (= Testi, Studi, Strumenti; 17), Spoleto: Fondazione Centro Italiano di Studi sull'alto Medioevo 2004, XIII + 824 S., ISBN 978-88-7988-386-3, EUR 90,00
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La primera edición crítica, en sentido moderno, del Corpus Agrimensorum Romanorum (CAR) fue llevada cabo por Lachmann y apareció publicada en Berlín por la editorial de Reimer en 1848 con el título Gromatici Veteres. Die Schriften der römischen Feldmesser. Cuatro años después apareció la segunda parte del trabajo consistente en una colección de ensayos filológicos (de Blume y Lachmann), históricos (de Mommsen y Rudorff) y jurídicos (de Mommsen) en torno a las obras incluidas en el CAR, los índices de la edición (index uerborum, index geographicus e index nominum) realizados por Bursian y una tabla de equivalencias entre la edición de Lachmann y la de van der Goes del año 1674, hasta entonces la fundamental para la consulta de los textos de los gromáticos latinos. En esta empresa editorial muchos han visto la influencia directa de la revalorización desde la perspectiva historiográfica que Niebuhr había promovido del concepto del ager para el estudio profundo de los factores económicos, políticos y jurídicos de la historia de la antigua sociedad romana. Como quiera que fuese, lo cierto es que la edición del CAR supuso un verdadero hito para el conocimiento de la literatura técnico-científica latina.
Las obras de los Gromatici ueteres propiamente dichos -Higino el gromático, Frontino, Sículo Flaco, Higino, Agenio Úrbico y los dos commenta pseudo-agenianos- fueron editados de nuevo por Thulin en 1913 [1], de manera que la edición de Lachmann dejó de ser imprescindible para el estudio de estos autores. Lo mismo ha sucedido con la obra de Marco Junio Nipso, editada recientemente por Bouma. [2] Sin embargo, las obras de estos autores constituyen en términos de extensión poco más de la mitad de la edición de Lachmann, lo que significa que esta última ha seguido siendo ineludible para el manejo de un volumen muy importante de opúsculos y excerpta del CAR.
La propuesta editorial que presentan ahora del Lungo y el CISAM pretende poner remedio a esa dependencia heredada. El amplio volumen consta de más de 800 páginas en las que el autor desarrolla una reconsideración crítica de la practica agrimensoria en época tardoantigua y altomedieval a partir de los testimonios literarios y, sobre todo, arqueológicos. Además como acompañamiento de la exposición analítica ofrece una edición crítica de los textos tardíos del CAR con traducción al italiano.
La obra se abre con la dedicatoria (VII) y la tabla de abreviaturas (IX-XIII) y con la introducción (1-15), en la que presenta sumariamente los contenidos que se dispone a tratar y la perspectiva de análisis que rige la obra.
El primer capítulo lleva por título "Da Teodorico al Pes Liutprandi: la professio e la pratica agrimensoria nella tarda antichità e nell'alto medioevo" (17-182). En él del Lungo despliega por extenso su consideración de la actividad agrimensoria en territorio itálico en el periodo cronológico propuesto, para postular la tesis de que, contra la opinión tradicionalmente sostenida, en ese intervalo de tiempo las prácticas agrimensorias no sólo se mantuvieron vigentes sino que, incluso, experimentaron un florecimiento continuado. Y precisamente en línea con esta interpretación el autor preconiza que la transmisión del CAR, su actualización con nuevos textos y la formalización de sus distintas tradiciones encuentra explicación en la necesidad práctica de un corpus de manuales, obras y apuntes de distinta naturaleza para el ejercicio de la actividad agrimensoria. La exposición se apoya en muy abundantes testimonios de tipo arqueológico y epigráfico y las notas a pie de página acumulan una cantidad de información a menudo abrumadora.
El resto del volumen está dedicado a la edición crítica de los textos de época tardoantigua reunidos en el CAR. El segundo capítulo, titulado "Il Corpus Agrimensorum Romanorum: gli antecedenti e la tradizione manoscritta" (183-212), reúne una visión panorámica del CAR, de las obras que lo componen y de su tradición manuscrita. De este modo sirve de breve introducción a esta colección de textos y sienta las bases metodológicas sobre las que se cimenta toda la parte restante del libro.
El tercer capítulo lleva por título "I <Commentaria> e il Liber diazografus dello Pseudo-Agennio" (213-298) y en él, tras una pequeña consideración general a modo de preámbulo, propone una nueva edición crítica de los dos commenta del pseudo-Agenio. Estos opúsculos que constituyen dos breves comentarios de una obra gromática anónima de finales del I d.C. habían sido incluidos por Thulin en su edición del CAR, aunque son datables hacia el siglo VI. Además presenta traducción al italiano y un comentario de la obra. En el resto del libro los textos editados aparecen con traducción pero sin comentario, por lo que este caso resulta singular. Se trata de un comentario literario e histórico y en ningún momento entra en consideraciones textuales, ni siquiera para justificar correcciones o preferencias en las lectiones.
El cuarto capítulo se titula "Il cosidetto Liber Regionum (I e II) o Liber Coloniarum" (299-487). Es el capítulo más extenso de todo el libro con gran diferencia y esto se debe a que el autor ofrece el texto de la obra por cuadriplicado, esto es, presenta una tras otra las versiones de la obra en los cuatro manuscritos que representan las ramas principales de la tradición manuscrita del CAR. En vez de aprovechar las prestaciones del aparato crítico para ofrecer un solo texto caracterizado minuciosamente, repite hasta cuatro veces el texto del Liber Regionum con las variaciones propias de cada códice. Esto provoca que difícilmente se pueda hablar de edición crítica de la obra, sino más bien de cuatro apógrafos corregidos y yuxtapuestos.
Los dos capítulos siguientes se titulan respectivamente "La prima raccolta di frammenti (excerpta Corporis Theodosiani, De Sepulchris) e la Agrorum quae sit inspectio" (489-525) y "La seconda raccolta di frammenti (excerpta ex libris Dolabellae, Latini togati et De terminibus, Gaii, Vitalis, Fausti et Valerii)" (526-567). En ellos presenta la edición de los textos enumerados. Se trata de algunos excerpta de contenido jurisprudencial y gromático que están añadidos al CAR a modo de apuntes para la formación y la labor en práctica del agrimensor.
Los opúsculos editados y traducidos en el capítulo séptimo también aparecen mencionados explícitamente en su título, "Le Casae litterarum e i Mensurarum genera" (569-639). Otro tanto sucede con los dos capítulos finales, "La terza raccolta di frammenti (Litterae singulares, Ordines finitionum ex diversis auctoribus, De iugeribus metiundis, Finium regundorum, leges Rei Publicae)" (641-717) y "La terza serie di Litterae singulares, la Ratio limitum regundorum ed il Pauca de mensuris" (719-767).
El volumen concluye con un apartado de fuentes y bibliografía (769-788), 34 páginas de ilustraciones (sin paginación), algunas de ellas sobre las prácticas agrimensorias y otras tomadas de los manuscritos del CAR, y por último un exhaustivo índice analítico de autores, nombres y obras, por un lado, y de términos técnicos por otro (789-824).
Sin duda se trata de un trabajo muy sugestivo y de gran interés para el estudioso que contempla las obras del CAR desde una perspectiva crítica. Aparte de la sutileza del estudio de la práctica agrimensoria en época tardoantigua el volumen presenta una conjunto de obras muy poco estudiadas y en ocasiones de difícil acceso, lo que supone un atractivo añadido. Sin embargo, hay algunas circunstancias que empañan ligeramente las virtudes del volumen. Lo primero de todo es que la concepción de edición crítica de del Lungo es bastante heterodoxa. El aparato crítico consiste por regla general en una superfetación de palabras abreviadas en los manuscritos que poco aportan al establecimiento crítico del texto.
En general, salvo alguna excepción como en el caso de los Commenta del pseudo-Agenio, los textos editados por del Lungo no presentan grandes diferencias con respecto a la edición de Lachmann. En el caso de los Commenta, aparte de variaciones ortográficas y de puntuación, la edición presenta cerca de una veintena de lecturas diferentes del texto editado por Thulin y lo cierto es que casi todas son peores que las del filólogo sueco y en ocasiones desencadenan una sintaxis incorrecta. Estas dificultades no aparecen en su traducción que se guían libremente por el sentido superando los obstáculos que el texto editado plantea una y otra vez.
Debe añadirse a esta observación que las ocasionales erratas y errores tipográficos, molesto vicio en una edición crítica, tampoco ayudan mucho en la consideración del texto resultante, pues algunas son muy evidentes y fácilmente corregibles como nequiuernnt o priluilegium pero otras como reliqui en vez de relinqui o ueniri en vez de inueniri suscitan en el lector la duda de si son correcciones del autor o errores. Sólo la comparación con las ediciones de Thulin y de Lachmann permite comprobar en cada caso si se trata de lo primero o de lo segundo, pues a menudo el aparato crítico guarda escrupuloso silencio al respecto.
Otra observación en el plano formal se dirige a la incomodidad, esta sí continuada a lo largo de toda la obra, que supone la utilización indiscriminada e incoherente de la grafía u/v. La elección de las ediciones de sus fuentes tampoco es muy afortunada, pues no aprovecha las más recientes y las más autorizadas. [3]
A pesar de todo hay suficientes motivos para agradecer la aparición de este volumen y estimarlo digno de ser tomado en consideración por los estudiosos de la literatura latina, de la historia tardoantigua y de la arqueología tardoantigua y medieval.
Notas:
[1] C. Thulin: Corpus Agrimensorum Romanorum: vol I. Opuscula Agrimensorum Veterum, Leipzig 1913.
[2] J. Bouma: Marcus Iunius Nypsus. Fluminis uaratio, Limitis repositio (= Studien zur klassischen Philologie; 77), Frankfurt am Main 1993.
[3] A modo de ejemplo, para los Getica de Jordanes no emplea la edición de referencia F. Giunta / A. Grillone: Iordanis de origine actibusque Getarum, Roma 1991, sino la traducción de E. Bartolini: Jordanes Storia dei Goti, Milano 1991, cuyo texto latino hay quien ha sugerido que es el de Fournier de Moujan del año 1849.
David Paniagua Aguilar